Hazlo tú mismo. Hoy: Hazlo tú mismo.
Buenos días, amigos.
Buenas tardes, amigos.
Buenas noches, amigos.
(Tachar lo que no corresponda)
Les damos la bienvenida a una nueva edición de “Hazlo tú mismo”: nuestro ya clásico espacio donde las diferentes actividades artísticas y las pulsiones onanistas se dan la mano (¡puaj!).
Como bien podrán recordar, en ediciones anteriores hemos aprendido a redactar nuestros propios reggaetones, así como también a armar monólogos de stand-up. Pero hoy no nos ocuparemos de una expresión artística como las anteriores, sino que es el turno de reparar una paradoja que se ha venido dando desde el mismo origen de los cursos de “Hazlo tú mismo”: ni más ni menos que aprender uno mismo a hacer un buen “Hazlo tú mismo”.
Así como en la enseñanza escolar existen elementos básicos y necesarios para acometer dicha tarea de manera exitosa como lo son el educador y el educando, para llevar a cabo cualquier “Hazlo tú mismo” que se precie de tal es fundamental contar con tres elementos indispensables:
1) Una tarea para enseñar (la enseñanza).
2) La persona que posee el conocimiento en cuestión (el enseñador).
3) Una persona que quiera aprender a realizarla (el enseñando).
A propósito, es importante señalar que, de faltar cualquiera de estos componentes, la tarea directamente no podrá llevarse a cabo (o tal como fue prevista, ya que, por ejemplo, en el caso de adolescer del enseñando, nos encontraremos frente a un “Hazlo tú mismo. Hoy, hacerse la rata”.).
A la hora de encarar la tarea en cuestión, aunque parezca por demás evidente, es de suma importancia contar con el conocimiento a transmitir. En el caso de no poseerse éste, recomendamos consultar a alguna autoridad o referente en la materia que nos enseñe dichos contenidos o, en su defecto, recurrir a algún “Hazlo tú mismo” que proporcione dicho saber. Claro que en este caso nos encontraríamos ante un grave dilema, ya que -si bien estaríamos copiando lo aprendido para enseñar a aprender como en una especie de “mise en abîme"-, al estar las figuras del enseñador y enseñando resumidas y condensadas en un solo actor (o actuante), también nos encontraríamos ante un caso de “Hazlo tú mismo. Hoy: aprende a plagiar”. Y esto resultaría tremendamente grave no tanto por una cuestión ética, sino porque además de aprender como un enseñando, el enseñando estaría enseñando la enseñanza en lugar del enseñador, lo cual podría producir una paradoja temporal que podría acabar con el mundo, tal como se sugiere en la película “Volver al Futuro II” (nótese que este riesgo también está implícito en cualquier caso de “Hazlo tú mismo”, ya que el enseñando es quien se autoimparte la enseñanza).
También es importantísimo para el éxito de nuestro emprendimiento contar con una persona que acepte el contrato implícito que significa aceptar que “Hazlo tú mismo” en realidad resonará en su cabeza no como “Hazlo tú mismo”, sino como “Harelo yo mismo”.
Más allá de estas disquisiciones, a la hora de poner manos a la obra en la realización del propio “Hazlo tú mismo”, es importante tener a bien observar lo siguiente:
a) Las chicas que pasan, sobre todo las “ligeras de ropas” (a las que no lleven ropa, a las cuales denominaremos simplemente como “ligeras”).
b) Recuerda ser didáctico y conciso: jamás deberás perder de vista (además de a las chicas ligeras) el hecho de que el sujeto que quiere aprender por las suyas es, ante todo, un omnipotente y soberbio que piensa que él mismo es alguien del cual tiene mucho para aprender (y quien, paradójicamente, tiene mucho para enseñar).
c) A pesar del punto b), abstente de tratar temas de gran complejidad como “Generar fisión nuclear” o “Predecir a una mujer”: no olvides que un lector frustrado por la falta de éxito difícilmente vuelva a acudir.
d) Sé astuto a la hora de redactar. De esta forma podrás generar consignas de gran convocatoria como por ejemplo “Hazlo tu mismo: fornica a la mujer inalcanzable” en vez de su forma redundante: “Hazlo tu mismo: Aprende a masturbarte”.
Pues bien, si sigues atentamente al pie de la letra las premisas más arriba indicadas, ya estarás en condiciones de hacer tú mismo tu propio “Hazlo tú mismo”. Para estar seguro de que estás en condiciones de emprender tal tarea, tómate unos instantes y practica con los siguientes ejemplos:
Trabajo práctico nº1: “Hazlo tú mismo: generar un link para aumentar el contador de número de lecturas de este post”
Trabajo práctico nº2: “Hazlo tú mismo: dejar comentarios sobre este texto”