domingo, 29 de marzo de 2009

Hazlo tú mismo. Hoy: Hazlo tú mismo.

Buenos días, amigos.
Buenas tardes, amigos.
Buenas noches, amigos.
(Tachar lo que no corresponda)

Les damos la bienvenida a una nueva edición de “Hazlo tú mismo”: nuestro ya clásico espacio donde las diferentes actividades artísticas y las pulsiones onanistas se dan la mano (¡puaj!).
Como bien podrán recordar, en ediciones anteriores hemos aprendido a redactar nuestros propios reggaetones, así como también a armar monólogos de stand-up. Pero hoy no nos ocuparemos de una expresión artística como las anteriores, sino que es el turno de reparar una paradoja que se ha venido dando desde el mismo origen de los cursos de “Hazlo tú mismo”: ni más ni menos que aprender uno mismo a hacer un buen “Hazlo tú mismo”.

Así como en la enseñanza escolar existen elementos básicos y necesarios para acometer dicha tarea de manera exitosa como lo son el educador y el educando, para llevar a cabo cualquier “Hazlo tú mismo” que se precie de tal es fundamental contar con tres elementos indispensables:

1) Una tarea para enseñar (la enseñanza).
2) La persona que posee el conocimiento en cuestión (el enseñador).
3) Una persona que quiera aprender a realizarla (el enseñando).

A propósito, es importante señalar que, de faltar cualquiera de estos componentes, la tarea directamente no podrá llevarse a cabo (o tal como fue prevista, ya que, por ejemplo, en el caso de adolescer del enseñando, nos encontraremos frente a un “Hazlo tú mismo. Hoy, hacerse la rata”.).
A la hora de encarar la tarea en cuestión, aunque parezca por demás evidente, es de suma importancia contar con el conocimiento a transmitir. En el caso de no poseerse éste, recomendamos consultar a alguna autoridad o referente en la materia que nos enseñe dichos contenidos o, en su defecto, recurrir a algún “Hazlo tú mismo” que proporcione dicho saber. Claro que en este caso nos encontraríamos ante un grave dilema, ya que -si bien estaríamos copiando lo aprendido para enseñar a aprender como en una especie de “mise en abîme"-, al estar las figuras del enseñador y enseñando resumidas y condensadas en un solo actor (o actuante), también nos encontraríamos ante un caso de “Hazlo tú mismo. Hoy: aprende a plagiar”. Y esto resultaría tremendamente grave no tanto por una cuestión ética, sino porque además de aprender como un enseñando, el enseñando estaría enseñando la enseñanza en lugar del enseñador, lo cual podría producir una paradoja temporal que podría acabar con el mundo, tal como se sugiere en la película “Volver al Futuro II” (nótese que este riesgo también está implícito en cualquier caso de “Hazlo tú mismo”, ya que el enseñando es quien se autoimparte la enseñanza).
También es importantísimo para el éxito de nuestro emprendimiento contar con una persona que acepte el contrato implícito que significa aceptar que “Hazlo tú mismo” en realidad resonará en su cabeza no como “Hazlo tú mismo”, sino como “Harelo yo mismo”.

Más allá de estas disquisiciones, a la hora de poner manos a la obra en la realización del propio “Hazlo tú mismo”, es importante tener a bien observar lo siguiente:
a) Las chicas que pasan, sobre todo las “ligeras de ropas” (a las que no lleven ropa, a las cuales denominaremos simplemente como “ligeras”).
b) Recuerda ser didáctico y conciso: jamás deberás perder de vista (además de a las chicas ligeras) el hecho de que el sujeto que quiere aprender por las suyas es, ante todo, un omnipotente y soberbio que piensa que él mismo es alguien del cual tiene mucho para aprender (y quien, paradójicamente, tiene mucho para enseñar).
c) A pesar del punto b), abstente de tratar temas de gran complejidad como “Generar fisión nuclear” o “Predecir a una mujer”: no olvides que un lector frustrado por la falta de éxito difícilmente vuelva a acudir.
d) Sé astuto a la hora de redactar. De esta forma podrás generar consignas de gran convocatoria como por ejemplo “Hazlo tu mismo: fornica a la mujer inalcanzable” en vez de su forma redundante: “Hazlo tu mismo: Aprende a masturbarte”.

Pues bien, si sigues atentamente al pie de la letra las premisas más arriba indicadas, ya estarás en condiciones de hacer tú mismo tu propio “Hazlo tú mismo”. Para estar seguro de que estás en condiciones de emprender tal tarea, tómate unos instantes y practica con los siguientes ejemplos:

Trabajo práctico nº1: “Hazlo tú mismo: generar un link para aumentar el contador de número de lecturas de este post”

Trabajo práctico nº2: “Hazlo tú mismo: dejar comentarios sobre este texto”

miércoles, 11 de marzo de 2009

De homenajes, citas y robos

Me halaga tremendamente que alguien ponga un texto mío en su blog, flog, grog o mog. Más aún que alguno que otro ande circulando por mail.

Pero si te gusta algo de lo que escribí con mucho esfuerzo y lo querés usar, por lo menos poné o decí de dónde lo sacaste (ya ni pido que dejen comments porque es al pedo, evidentemente...).

¡No cuesta nada y hace que mi laburo (que hago con mucho placer pero gratis) tenga su recompensa! Porque citar la fuente de un texto es la delgada línea que separa al homenaje del robo. (¡Qué frase, ¿eh?! ¡Chupate esa mandarina!)

Gracias a todos por comprender.


P.D.: Sí, hoy robé con 3 posts que son cualquiera. Prometo que pronto vuelvo a actualizar.

Papá no corras...




Ahora se entiende por qué el pibe masacró a 15 compañeros: después de todo, no es nuevo que los chicos hacen en la escuela lo mismo que les enseñan en sus casas...

El blogudo recomienda

No me gusta la cumb1a v1llera ni el rap, pero lo que hace el Negromoreno es, a mi criterio (bueh, ahora no vamos a andar discutiendo eso de qué tan confiable es mi criterio...) sencillamente genial.

No es para cualquiera, pero si te llega a gustar, te va a quemar la cabeza.

Recomiendo empezar por "Sargento Kaoma" y "Better Borracho"... te levantan cualquier fiesta!


Descargate el disco "Sonido Parrillero" acá.


martes, 3 de marzo de 2009

Orgullo argentino: la ciencia avanza.

Según un estudio a publicarse en la edición de hoy de la prestigiosa revista Science, el científico argentino Ricardo Balmaceda concluyó con éxito en su laboratorio del Massachusetts Institute of Technology la primera fase de pruebas de un ambicioso y osado experimento: ni más ni menos que un código de barras especial para el pack de 12 cartones de leche. 

Esto permitirá que, a la hora de facturar 12 leches, las cajeras del súper no tengan que romper la caja (lo cual invalida parte de la gracia de comprar un pack cerrado) para sacar un cartón y pasarlo por el lector de códigos.
Si bien el desarrollo de Balmaceda aún se encuentra en una etapa experimental, ya ha sido ensayado con éxito en six-packs de cerveza, yogures 2x1 y muy pronto –una vez que la FDA lo apruebe- comenzará a ser testeado en cajas argentinas de leche vacuna debidamente pasteurizada y apta para el consumo humano. Por lo tanto, se estima que para el año 2015, a más tardar, podrá ser implementado en supermercados.

Como el mismo Balmaceda declaró a los medios estadounidenses: “Estamos ante un logro que nos llena de orgullo y que parecía sólo posible en una película de ciencia ficción, aunque confiamos en que pronto será una realidad palpable y cotidiana para todos.”

Nadie duda de que este genial invento será bienvenido por miles de personas, sean estas empleados o clientes, aunque de todas formas no está exento de un fuerte debate ético: ya empezaron a alzarse voces que alertan sobre el peligro de que en las cajas rápidas de hasta 10 o 15 unidades, haya quien intente pasar más de 100 amparándose en el código de barras único. Por lo pronto, sectores de la Iglesia ya manifestaron su malestar al respecto y adelantaron que se opondrán a tal proyecto por considerarlo una aberración absolutamente inmoral para la humanidad toda, ya que vulnera los principios básicos y elementales de la doctrina cristiana.

Más alla de las adhesiones y rechazos que esta iniciativa ha generado, no deja de ser un orgullo para la comunidad científica argentina que sigue generando materia prima (gris) altamente disputada por los centros de investigación más calificados del mundo.

Déjenos su opinión al respecto: