lunes, 26 de julio de 2010

Mientras vamos preparando el regreso...

...algo para ir "calentando" (faaaah... qué juego de palabras me mandé) los motores. Es una columna en tres entregas que escribí hace un tiempo para la NAH!
Algunos lo habrán leido. Para los que no, acá va una de las...


Grandes conquistas de Enrique, el taxista seseoso.

“Juevez a laz doz de la matina. Dejo a un pazajedo en Gaona y Nazca y como me eztaba quedando zin gaz, me pongo a buzcad una eztazión de zedvizio pada cadgad. Pada cadgad dije, no pada cagad. Pedo en un zemáfodo en dojo ze me azedca un monumento a la mujed que apoza zuz tetaz en la ventaniza y me dice: “¿Zabéz zi hay algún bondi que me zeve al bajo?”
Como zo no zoy ningún bodudo y la cazé al vuelo le dije: “Zí, el 69. Acá eztá la padada… jejejeje… pedo fijate, podque pega una vuelta baztante gdande… agada pod la Boca, y va todo dedecho hazta el Camino de zintuda, donde acaba.”
“¿Y cuánto me cobdaz pod hazed eze mizmo decodido? Lo único que tengo pada pagadte ez un ziete.” Me dijo mientdaz me moztdaba el odto, que máz que un culo eda un poema.
“Pedo ezo no ez un ziete, ez un diez” le dije pada tedminad de dematadla.
Entonzez cazi zin que me dieda cuenta ze zubió y empezó haziéndome un pete que mamma mía. Como zo no daba máz de la calentuda, adimé el auto hazta Avezaneda y Adtigas, que a eza hoda eztá máz muedto que el peluquín de Zildvio Zoddán y le pegué un gadche de novela. Qué digo de novela, de pedícula. Zí, y ze ve que la pedícula eda Docky zinco… jejeje… podque no zólo fue en la calle, zino también pod el númedo, no zé zi cazadon la metáfoda… jejeje.
Ahí nomaz la mina ze bajó, me encajó un flod de chupón con ezoz labioz magiztdalez y zo zeguí mi camino. La luzezita del tanque de gaz za eztaba doja.

Zoy Endique, y en cada bajada de bandeda tengo una hiztodia.”

martes, 13 de julio de 2010

Entrevista a Luis Gandolfi, gloria de nuestra música popular.


Luis Gandolfi (1952-        , por desgracia) es una gloria de la música popular que, a pesar del transcurso de los años, perdura en la memoria colectiva de cientos de miles de argentinos. En algunos casos, contra su voluntad.
Es el caso típico de un artista que ha conocido las mieles de la masividad, al punto de empalagar a varias generaciones que lo recuerdan… con rencor.
Ironías de una sociedad que es capaz de vilipendiar a sus ídolos con la misma facilidad que los eleva al Olimpo.
Sin embargo, aún al día de hoy sus canciones suelen despertar en los más jóvenes sentimientos de lo más apasionados, tal como se ve reflejado en varios grupos de Facebook. Por citar tan sólo algunos: “Maten al hijo de puta de Gandolfi” (más de 350.000 miembros), “Gandolfi, vergüenza nacional” (148.000 miembros), “En casa se escuchaba la “música” de Gandolfi” (4 miembros) o “Quiero que Facebook habilite la opción ‘No me gusta Gandolfi’”.
A continuación, compartimos con ustedes la entrevista que nos concedió en una hermosa mañana en Villa Devoto, a tan sólo pocos metros de su celda:


Escuchando tus discos, una de las primeras cosas que llama la atención es que las letras parecen ser muy íntimas y personales. ¿Se podría decir que hay algo de autobiográfico en tus canciones?

Bueno, sí, claro. Más de una vez reflejé en mis canciones cosas que me sucedieron en la vida real, como es el caso de “¿Por qué me cagaste justo con Alberto, Mariana?”,  “Mi amor, me calienta tu mamá” o la balada “No quise desfigurarte la cara, juro que fue un accidente.”. Igual tomé la precaución de cambiar los nombres para preservar mi intimidad. “Mariana” no se llamaba “Mariana” sino “María Ana”.


A propósito de ese romance tan tórrido, en su momento generó mucha controversia la desgarradora “En tu vientre”. Creo recordar que el estribillo decía algo como…

(canta)
Puta de mierda, ni en pedo me hago un ADN
Puta de mierda, ni en pedo me hago cargo
A mi no me engañas, no es mío el nene.
Ese pibe es de tu chongo, de aquí me largo.

Yo creo que fue malinterpretada. La mayoría de la gente la sacó de contexto. Creo que la sociedad de entonces no estaba preparada para leer entre líneas el mensaje que plasmé en esa metáfora tan profunda.


¿Y qué quisiste decir con esa canción, entonces?

No sé. Nunca la entendí. Tan profunda es.


Hablando de confusiones, nunca quedó del todo claro el episodio que tuviste con la prensa en una discoteca gay.

Resulta que yo había ido a hacer un show, y a la segunda canción se armó una batahola infernal…


“El matafuegos rojo” era esa canción, ¿verdad?

Cierto. Era una cumbia muy pícara que decía algo como “Si me quedo corto, no te vas a quedar con antojo, tengo este matafuegos rojo para metert…”


A propósito de tan publicitado escándalo… ¿Es verdad que, a pesar de haber vendido miles de discos en años anteriores, realizabas esa clase de presentaciones porque estabas pasando penurias económicas muy severas?

Sí, por eso me vi obligado a ceder ante determinadas presiones de la industria discográfica en desmedro de mi independencia artística.


Claro, traía eso a colación justamente a propósito de “El matafuegos rojo”…

Exactamente. “Colación” es la palabra que mejor describe esa canción. De todas formas, yo no quería grabarla con la letra que salió publicada. Con decirte que originalmente hasta tenía otro nombre: se llamaba “Agarrame el matafuegos”. Pero no tenía opción; estaba acosado por las deudas. Fue una época de muchos vicios…


¿Cómo cuáles? ¿Mujeres? ¿Drogas? ¿Juego?

¿A qué te referís concretamente con “Mujeres”? Bueno, técnicament…


¿Qué hay de cierto en ese rumor que decía que ibas a representar a nuestro país en el Festival de la Canción Iberoamericana? ¿Qué te detuvo?

El jurado de preselección.


Gracias Luis por tu tiempo. Seguramente tendrás muchas cosas que hacer y no queremos distraerte más de tus obligaciones. Será hasta la próxima.