jueves, 19 de mayo de 2005

¿Acá no había una despedida?

Hmmmm... me parece que te olvidaste de tomar la pastilla para el colesterol. Pero no te preocupes: yo tengo un método buenísimo para no olvidarse...

P.D.: ok, vuelvo a pedido de mi público, pero que quede claro que voy a actualizar una vez por semana.

miércoles, 11 de mayo de 2005

El valor de nuestros próceres (¡PELIGRO!: contiene contenido potencialmente reflexivo!!!)

Aprendimos en el colegio (o intentaron enseñarnos, pero no aprendimos nada) que San Martín es el padre de la patria (¿Y la madre quién vendría a ser? ¿Es por eso que los argentinos somos todos hijos de puta?). Que Belgrano había creado la bandera (webografía obligada: unos cm. más abajo… “Aquí está la bandera…”) y que Sarmiento nunca había faltado a la escuela.
Pero a esta altura está clarísimo que esa no es la verdad de la milanesa (Hmmm… qué buen título para un post!). No. Tampoco la que nos cuenta Pigna en sus “Mitos de la historia” ni Lanata en “Argentinos”.
Porque si intentamos entender a la historia no como algo abstracto, rígido y lejano sino como un concepto dinámico, es obligación recurrir a la interpretación del elemento con referencias históricas que más frecuentamos: el dinero. Y es según él que la historia se replantea completamente:
Belgrano es el doble de importante que San Martín, así como Rosas también lo es con respecto al primero.
Sarmiento es diez veces más poderoso que San Martín, y Roca es el prócer máximo (y Mitre se ha convertido en sinónimo de chuchería de Taiwán). El escudo vale como máximo la mitad de Mitre, y como mínimo menos de la mitad del cabildo.
Por eso, roguemos al cielo que este post no sea leído por mucha gente (algo más que probable). No sea cosa que realmente nos creamos que un genocida de indios como Roca o un ladino como Rosas vale mucho más que los huevos de San Martín, y que un día de estos, alguien nos sorpenda en la calle preguntándonos:
“Vieja… ¿no tené una Casa de Tucumán pá la birra?”

lunes, 9 de mayo de 2005

El Dr. Electrón responde: hoy, materiales sonoconductores y acústica.

Pablo J. de Castelar nos pregunta:
Si bien es conocido por todos que una caja de altavoz de madera brinda una acústica superior a la de una de plástico, me gustaría saber cómo lograr una mejor propagación del sonido en auriculares. Gracias.


Excelente pregunta, Pablo. Ya que por alguna razón que desconocemos los fabricantes de auriculares se empecinan en hacerlos de plástico, hay un aliado fundamental del que podemos sacar provecho a la hora de mejorar la performance de los mismos: la cera de los oídos.

Dado que el sonido se propaga a mayor velocidad en líquidos y sólidos que en gases, la cera (o cerumen) es un conductor de sonido mucho más eficiente que el aire. Por ello, contar con una abundante reserva de cerumen es una excelente medida para mejorar la acústica de los auriculares o audífonos. Incluso hay quienes aconsejan provocarse una generosa otitis y su consiguiente tapón de cera: una medida que, aunque un tanto drástica para el audiófilo neófito, el melómano experimentado agradecerá.

Por otra parte, los pelos de la oreja (o vello orejal) también pueden ayudarnos en la tarea de mejorar la experiencia musical, ya que producen una especie de red que ayudará a brindar un mejor “grip” del auricular, cuya forma estándar generalmente encuentra dificultad para adaptarse a las diferentes formas que cada persona posee en su canal auditivo.

En resumen, para una auténtica experiencia “acústica súper sunsurround”, un nido de cera y pelos se convertirá en el mejor aliado del melómano errante. Algo que quizás sea condenado por el murmullo de la chusma, pero al que nosotros haremos oídos sordos. O más bien oídos tapados de cera, pelo y la mejor música para tu piel de verano, muchacho!

viernes, 6 de mayo de 2005

La pastilla para el colesterol

Hoy me olvidé de tomar la pastilla para el colesterol. Y digo hoy para situar esto en el tiempo. Porque siempre me olvido. Supongo que eso será por el colesterol mismo. Lo que yo necesitaría entonces es una pastilla para la memoria. Sí, eso necesitaría. Pero ahí tendría otro problema: no olvidarme de tomar la pastilla para no olvidarme. Lo que yo necesitaría entonces sería poner un cartel en la heladera que diga “tomar la pastilla para no olvidarse”. Pero como mi problema es justamente la memoria, me olvidaría de poner el cartel. Lo que yo necesitaría entonces sería un obstáculo que me impida hacer alguna tarea ineludible y que me haga acordar de hacer el cartel. Un cajón de manzanas atrapando la Playstation, por ejemplo. Claro que todo este proceso complicadísimo serviría si no me quedo sin madera para el asado, y ¡zas! a la mierda con el cajón. Entonces me comería un rico asado, jugaría a la Playstation sin obstáculos que me distraigan y me olvidaría de tomar la pastilla para acordarme de tomar la pastilla. Entonces, por el sedentarismo y la carne, me subiría por las nubes el colesterol. ¿Colesterol dije? ¡La puta madre! Me olvidé de tomar la pastilla. Pareciera que vivo en otro mundo. Como en una especie de Matrix. Lo que yo necesitaría entonces sería tomar una pastilla como la azul. Sí, eso necesitaría.

lunes, 2 de mayo de 2005

A-quí está la ban-de-ra re-bo-tá-daaaaaa...

Manuel Belgrano -el mismo que viste calzas- antes de obtener la aprobación de la bandera que todos conocemos, propuso varias alternativas, siempre movido por la inspiración que le despertaban las observaciones del entorno que lo rodeaba. "Qué blogudo!!!" tuvo acceso a las piezas que nunca vieron la luz, y las comparte con ustedes:


MIrando la tierra


Después de 3 cervezas


Qué ricos los champignons!


Matando el tiempo hasta que llegue el enemigo


Una alternativa para los chicos


Haciendo guardia mientras los otros mataban el tiempo