Es un clásico en cada comida con Elnéstor la ronda de chistes/homenaje a cierto humor tonto con aires de los años cincuenta. Un humor cuya mayor gracia reside en la de basarse en paupérrimos juegos de palabras. Por eso hoy, para desyetar esa falta de almuerzos compartidos con Elnéstor, les acerco uno de esos típicos diálogos imaginarios con el mozo... ¡Buen provecho! (y que no les caiga pesado)...
- Mozo, la carta, por favor…
- Siete de espadas.
- No, la otra carta, por favor…
- Uno de bastos.
- Esteee, ejem… no sé cómo explicarle. Me refiero a esa larguita, llena de letritas…
- Ah, sí, disculpe… ya entendí!
Querida Tía Gladys: te escribo estas líneas esperando te encuentres bien. Por acá no hay mayores noved…
- No, mozo, no… ESA carta no. Me refería a la carta para elegir comida, el menú, o sea…
- Ah, disculpe. Ya se la traigo… Acá tiene.
- Ajá… ¿Cómo viene el matambrito de cerdo?
- Le voy a ser sincero: no viene, lo traigo yo.
- Sí, sí, claro. Entiendo. No sé qué puedo pedir…
- Puede pedir pollo o… Bah, pida lo que se le cante.
- Sí, suena bien… ¿Y con qué podría acompañarlo?
- Podría ser una guitarra, por ejemplo… pero eso siempre y cuando haya traído una usted, porque acá no tenemos.
- No, quise decir qué guarnición puedo pedir.
- Y, si usted pide lo que se le canta, puede pedirlo con papas…
- ¿Papas?
- Sí, pa-pa-pa-pa-pa-papapapááá…
- Mire, usted es un imbécil… ya me quedé sin hambre;
traígame la cuenta.
- Aquí tiene...
- ¿Qué es esto? ¿Una bolita de plástico?
- ¿Usted no quería la cuenta? Ah, ya sé… La OTRA cuenta…
- Acá tiene… UNOOOO! DOOOOS! TRESSSS! CUATRO!...
- No, estúpido… ¿Es tan difícil de entender? ¿Qué pasa? ¿Nunca le dijeron “Mozo, la cuenta”?
- ¡Sí, claro! Resulta que iba solo caminando por un sendero, cuando de repente me ví rodeado por cinco leones, cuatro osos y ocho tigres… suerte que estaba en un zoológico y los animales estaban enjaulados, que si no, no la contaba…