martes, 12 de agosto de 2008

Hazlo tú mismo (2da. entrega). Hoy: taller de stand-up.

A pesar de las reiteradas denuncias de plagio, “Qué blogudo” no se deja amedrentar y continúa compartiendo con sus lectores –cual Utilísima blogger- recursos e ideas para facilitarles fuentes de ingreso alternativas a partir de prácticas planillas de “multiple choice” que versan sobre las más variadas disciplinas.

Hoy es el turno del stand-up: una forma teatral muy en boga en nuestros días, y que cuenta con una demanda sumamente importante, lo que le asegura al lector que el esfuerzo empleado en armarse un número siguiendo esta guía no será en vano.

Importancia del stand-up en la cultura teatral contemporánea:
Ante todo es fundamental saber que el stand-up, en algunos aspectos, es al teatro lo que el punk a la música, ya que parte de la premisa de que cualquier persona tiene la potencialidad de subir a un escenario y hacer su show si se lo propone. Este precepto -que muchos han interpretado quizás demasiado literalmente- lo ha vuelto tan pero tan popular, que en muchas reparticiones públicas, entre los datos filiatorios a completar en los diferentes formularios, el campo “domicilio laboral” se encuentra reemplazado por el ítem: “Teatro en el que hace stand-up”.

Cómo empezar:
Aunque no es requisito indispensable para una buena rutina, uno de los lugares más comunes y humorísticamente redituables del comediante de stand-up (aunque del humor en general) es el despliegue de la cualidad de “perdedor”. Algo que, en boca de alguien como Sebastián Wainraich (un pionero en este estilo), suena tan lógico y creíble como que un multimillonario como Lennon cante “Imagine no posessions”. Sin embargo, estas aparentes contradicciones no han de desanimar al aspirante a Seinfeld sino todo lo contrario, ya que inferimos que el lector promedio de este blog no es Wainraich y menos aún Lennon.

Retomando el hilo, decíamos que quizás esta tendencia al loserismo se deba a que varias de las escuelas de stand-up más importantes de Argentina se nutran del mismo libro de texto: “Stand-up comedy: The book”, de Judy Carter, donde se recomienda, para alcanzar el sueño del número propio, elaborar material a partir de los propios miedos, defectos o particularidades socioculturales.

Si bien hasta este punto el lector desprevenido podría inferir que tengo mis reservas con respecto a esta corriente, para desmentirlo me permitiré citar una frase que solía decir mi bisabuelo: “Si dos personas te dicen que estás borracho, andá a dormir” (una poco ortodoxa adaptación del más común “Millones de moscas no pueden estar equivocadas”). Por eso, como yo soy una persona respetuosa de la sabiduría ancestral, no tengo la intención de matar a la gallina de los huevos de oro, sino por el contrario, contribuir a ella con el armado de un pequeño monólogo con el que cualquiera podrá tener su número de perdedor con tan sólo elegir alguna de las opciones propuestas…

“Buenas noches. Gracias a los presentes por acompañarme en esta función. Realmente no esperaba que viniera nadie. Es que soy un tipo tan pusilánime que…

a) no tengo amigos ni en Facebook.
b) ni los evangelistas llaman a mi puerta.
c) en los semáforos nadie se acerca a limpiar mi parabrisas.


Sí, tengo miserias difíciles de confesar, como que...


a) me echaron del Rotary por aburrido.
b) me masturbo escuchando discos de Kenny G.
c) simulo citas inexistentes en los shoppings sólo para estar cerca de las chicas que atienden en “informes”.


La gente me evita tanto, que cuando necesito hablar con alguien

a) llamo por teléfono al número que da la hora.
b) me tomo un taxi.
c) voy a la iglesia y confieso pecados inverosímiles para sacarle charla al cura.


Ni hablar de mi relación con las mujeres...

a) para poder hablar con alguna de vez en cuando empecé a trabajar en un call center.
b) como soy tan pusilánime, mi novia me presentó a alguien para poder engañarme con mi mejor amigo...
c) la última vez que vi una mujer desnuda fue en el National Geographic.


¿Será que me cuesta tanto porque...

a) uso de perfume Glade “I love you”?
b) de la emoción me cuesta controlar esfínteres cuando hago el amor?
c) sólo tengo erecciones cuando viajo en colectivo en el asiento que está sobre la rueda?


Varias veces pensé en suicidarme dejando abierto el gas de la cocina, pero…

a) tengo miedo de morirme y que mi familia ni se dé cuenta.
b) me da miedo la cuenta que puede llegar a venir.
c) no quiero perderme el próximo libro de Ari Paluch.


Gracias, muchas gracias por venir… Buenas noches y hasta la próxima.”