miércoles, 27 de julio de 2005

Una tarde en la oficina del jefe de un asesino a sueldo

-Permiso, Sr. Ibañez…
-Pase, López, pase…
-Gracias, Sr. Ibañez.
-De nada, ¿qué lo trae por acá?
-Creo que es hora de que hablemos.
-Jajajaja, López… parece una novia a punto de hacerle un planteo al novio… Bueno, no importa, López… ¿en qué puedo ayudarlo?
-¿Se acuerda que a principio de año habíamos hablado de ver un aumento…? Y usted me dijo que enero y febrero eran meses flojos de laburo, que más a mitad de año lo íbamos a charlar de nuevo… y bueno: acá estoy; incluso le dí dos meses de changüí, por lo del aguinaldo…
-Sí, López, me acuerdo, pero usted sabe, la cosa está muy difícil, incluso para nuestro gremio.
-¿”Nuestro” gremio? No me venga con esa, Ibañez, porque si se pone en pelotudo, ¡me voy al sindicato y le armo un paro de la concha de su hermana y salimos a boletear gente con balas de fogueo!
-Mire, López, el tema no es que falte laburo, sino que se hace cuesta arriba todo el tema de la cobranza: ¿sabe la cantidad de muertos que tengo?
-No me venga con chistes fáciles, Ibañez. Más muertos tengo yo: con el sueldo que usted me paga no me alcanza para nada. Y las cuentas se están empezando a amontonar: que el crédito, el súper, la tarjeta…
-Sí, ya sé, López, pero que nos llamemos asesinos “a sueldo” es casi irónico. Nosotros somos como los mozos, o como los chicos de las motitos de las pizzerías: la plata no está en el sueldo, sino en las propinas…
-¿Las propinas? Hasta ahora ningún fiambre me dio propinas… A lo sumo alguno, cagado, me ofreció plata para que no lo boletee, pero a eso no lo llamaría “propina”…
-Bueno, “propina”… en realidad la propina en este caso es lo que deja el muerto: usted boletea, y lo que el fulano tenga, es ganancia limpia de impuestos para usted.
-¡¡¡Pero Ibañez…!!! ¿Cómo me dice eso? Asesino, sí, pero chorro, ¡no! ¡Eso es robar! Hay códigos…
-Sí, hay códigos, pero los tiempos cambiaron, y el que no se adapta, muere… Aparte mire quién habla… el hombre que se gana la vida liquidando gente.
-Sí, empezamos así, y el día de mañana me calzo el portaligas y salgo a Godoy Cruz…
-No sea antiguo, López, en Godoy Cruz ya no queda nadie. Ahora se fueron todos a los bosques de Palermo.
-Bueno, lo que sea. Lo que intentaba decirle es que tenemos que mantener la esencia del negocio.
-Lo entiendo, López, pero póngase en mi lugar por un minuto.
-¡Póngase usted en mi lugar, Ibañez! ¡Usted es un hijo de puta que no respeta los derechos de los trabajadores del revólver!
-Eyyy… qué está haciendo? Guarde eso, no sea pelotudo! Seamos gente civilizada, podemos charlar lo del aumenttttt… Aaaarghhhh!
-¿A ver qué tiene acá? Hmmm… doscientos mil dólares… Al final tenía razón, Ibañez… La plata está en la propina, y el que no se adapta, muere. Ahora, ¿será verdad lo de Godoy Cruz? Nahhh creo…

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ah, y agrego este a la lista del comentario anterior. Impecable.

Fijate que puse mi homepage B. Estás invitado.