Ai si ded pipl

- Papá, mamá, quiero decirles algo: soy gay.
- Pero hijo, estamos muertos… en el cielo… ¡Acá no hay sexo!
- Sí, lo sé, pero…
- ¿Pero qué?
- Me gusta Dios… ¡y Dios me ama!
- Bueno, como a todos... sin ir más lejos, ¿te acordás, Mónica, la calcamonía que teníamos en el Dodge 1500 que decía…?
- No, no. A mí me ama en serio. No se olviden de que es Dios, y él tiene ciertos privilegios…
- ¿Pero entonces vos nos querés decir que…?
- Me mata cuando su barba roza la mía. Además, cuánta experiencia hay debajo de esa túnica…
- Pero hijo, no seas hereje, ¿querés? ¡Dios no es gay!
- Hmmm… ¿viste esa noche que el cielo se caía a pedazos de truenos y relámpagos? Bueno, dicen que era San Pedro que estaría corriendo los muebles… y habría un closet que estaba muy pesado… entonces habría mirado qué había adentro… ¿y adivinen qué habría encontrado?
- No… no puedo creer lo que estás diciendo…
- No estoy afirmando nada, pá. Hablo en condicional, como Rial.
- Pero vos estás acusando a Dios de cargar carne por popa…
- No, mamá: él va para adelante…
- Bueno, viejo… miralo del lado positivo: al nene le están planchando la escarapela, pero al menos como Dios manda.
- Sí, como Dios manda… ¡a guardar!
- Papá, no te pongas mal. Lo nuestro es amor. ¿O vos no te cansabas de repetir eso de “Ol iu nid is lov”? Además, pensá que con esto que estoy diciéndoles se entienden todos esos casos de curas que se acuestan con pibitos… y la toma del sacramento…
- ¿La toma del sacramento?
- ¡Claro! ¿O recibir la hostia no es comerse la galletita?
- Salí de acá, ¿querés? No puedo tolerar que digas tantas barbaridades…
- Bueno, ok, viejo, yo me voy. Cualquier cosa, ya sabés dónde encontrarme. Adiós…
- Pero viejo… ¿por qué lo echaste? Después de todo iba a ser la primera dama…
- Sí, lo sé. Pero si hay algo que no me banco, es que me hubiera jugado las pelotas a que el barbudo estaba conmigo. Pucha digo…


Nota: si alguien se siente ofendido en su fe, le pido acepte mis disculpas. Este es, simplemente, un texto humorístico basado en el hecho de que Dios, a la inmensa mayoría de la gente, le viene rompiendo el culo desde hace años.