Cenicienta, un amor perro.
Había una vez un hombre muy bueno que tenía una hija muy pero muy fermosa. Dada la extrema pobreza de este hombre, su hija, al no poder recibir los cuidados médicos que necesitaba en ocasión de haber contraido una infección, su pierna engangrenóse y perdióla. Por ello el hombre decidió, en ocasión de quedarse viudo y para cuidar mejor a su hija, casarse con otra mujer adinerada, que tenía dos hijas caprichosas y muy maleducadas.
Pero un día, este hombre murió. Fue entonces cuando la madrastra y las dos hijas empezaron a tratar mal a la pequeña Cenicienta, ordenándole –a pesar de sus capacidades especiales y la mala fortuna que aquejábala- hacer los trabajos más cansados de la casa.
Una mañana, el correo del rey anuncióle al pueblo que se iba a realizar una gran fiesta en el castillo al que quedaban invitadas todas las doncellas. Era evidente que el príncipe una poca caliente encontrábase, pero esto poco importábales a las doncellas de la comarca, que ansiosas encontrábanse por disfrutar del erotismo que el poder real despertábales.
Al escuchar el mensaje, la madrastra y hermanastras de Cenicienta diéronse prisa en vestírose con elegancia para ir a la fiesta. Fue así que, cuando llegó la hora de partir para el castillo, todas marcháronse salvo la linda muchacha, que quedóse llorando. Fue en ese momento cuando apareciósele una resplandeciente hada que prometióle ayudarle.
Entonces convirtióle una calabaza en fantástico carruaje, a unos ratoncillos en blanquísimos corceles, y a una musaraña en un cochero con grandes bigotes. Luego tocóla a la joven con su varita mágica y un hermoso vestido cubrió a la muchacha al instante. Por último, convirtióle su muleta en una fermosísima prótesis de cristal.
- Puedes ir a la fiesta ahora, pero vuelve antes de la medianoche, porque entonces desaparecerá el encanto. –díjole.
Al llegar hubo un gran murmullo entre los invitados. Era tan linda que el príncipe fijóse enseguida en ella. La joven no podía creer que el príncipe pidiérale bailar con él.
Las horas pasaron rápidamente y el reloj, al fin, comenzó a tocar las doce campanadas. Al escucharlas, Cenicienta salió corriendo, perdiendo su prótesis de cristal que, por una convención literaria, no convirtióse –como sí sucedióle al resto de los elementos hechizados por el hada- en el material del cual estaba hecha originalmente.
Entonces el príncipe, prendido de tan fermosa damisela, decidió encontrar a aquella dama. Fue por esa razón que mandó a su correo que anunciase por todo el reino que se casaría con la doncella que fuera la dueña de aquella fina piernecilla de cristal.
Algunos días después pasó la comitiva real por casa de Cenicienta y fue entonces cuando viéronla a la joven sirvienta de la casa y rogáronle que se probara la prótesis. Era precisamente su medida. En aquel instante Cenicienta apareció tan linda como la noche de la fiesta.
Fue así como pocos días después la humilde Cenicienta casábase con el apuesto príncipe, quién díjole a su padre el Rey: “Si Paul Mc. Cartney lo hizo... ¿por qué yo no?”
Sin duda alguna, era el premio a la bondad de la sencilla muchacha, quien alejóse diciéndoles a sus hermanastras: “Zorras de estiércol... Chupádmela”.
Y fue así como después que el reloj diera las doce, esta fermosa fábula de Cenicienta acabóse.
Moraleja: cerré el blog, pero me pintó escribir esto igual. No me rompáis las pelotas: soy un tipo que tiene contradicciones como cualquiera. Gracias.
17 comentarios:
justo que había encontrado una forma de enterarme cuando sale la nah!, venís a cerrar por quinta vez el blog....jajaja reinaugúralo en el próximo numero de la revista
besoides.... desde felizcidoña
PD: Donde puedo conseguir el libro de elige tu propia locura, con bush como protagonista...
Me encantó! Qué fina que resultó Cenicienta! jajaja
Moraleja: ¡Aunque no lo quiera admitir, nos extraña... :D
Que buenas tus contradicciones Amigo.
A Sir Paul también se le acabó la fábula, y tengo entendido que bastante caro le salió el librito.
Moraleja: Te gustan las historias con animalitos? Andá y alquilate un gatito, pero ojo! que no sea de esos a los que manoteando en la oscuridad les encontras la quinta pata!
Un abrazo!
Jesica alvarez: y... fijate. Por ahí conocés a alguien que te pueda tirar la data de cuándo sale y dónde conseguir el libro...
Beso!
Stella: Y sí, todas las sirvientas tarde o temprano terminan mostrando la hilacha del resentimiento.
Chinita jodida: ¿Cuándo dije que no los extraño?
Gen71: A Paul no le importa porque tiene dinero. No es mi caso, así que descartaré por ahora el asunto de los gatitos. A menos de que me encuentre uno que quiera venir conmigo por amor al arte...
Abrazo!
En epocas como estas, en las que la imaginación tantas veces se desvanece para dejarnos mensajes publicitarios como "imaginArte", "cocinArte" o "diseñArte", tu remate me dejó picando un montón de barbaridades de igual tenor.
Por suerte estoy en un programa de recuperación a la escritura de boludeces, así que lo mio es un acto de abstinencia.
Un abrazo!
blogudo,
pero que hermoso cuento y es una lástima que usted tampoco haya encontrado la explicación de xq el zapatito nunca se volvio a la normalidad....
una falla literaria importante...
saluds!
gen71: Pero amigazo!!! No se reprima... si hay un lugar donde se bienvienen (???) ese tipo de expresiones es este. Además, yo soy más partidario del vicio que de la abstinencia... y sí... de algo hay que morir!
clara: La explicación de lo del zapatito la tengo, pero si te la digo, tendría que matarte...
¡Saludos a ambos!
Un hermoso cuento... y como es eso que cerrò el blog? tanto tiempo buscando para nada? no por favor!
Esto también me lo comentó un encargado de un edificio...
NO PUEDO CREER!! Ahora cae otro....
.....ya no me siento especial....
:(
Anónima: en breve te enterarás de quién soy si es que no lo sabes todavía... y seguis siendo especial, sonzaaaaaaa!!!
abrazo!
Más allá de lo trillado del tema –hasta yo tengo en mi blog un post similar–, lo que rescato, además de tu vuelta, es el uso impecable del español neutro y medieval... (disculpá lo obse..., es que estoy recursando corrección de estilo).
Acordate de qe se te extraña:
J
Anónimo: Se ve que tu encargado tiene data vieja... yo que vos, en vez de leer este blog, voy al 8vo. C, que me dijeron que se arman buenas partuzas...
Anónima: ¿Viste cómo es? Basta que uno sea original, para que caigan mil atrás queriendo ser "también original".
Anónimo: Dejate de joder... sos más obvio que... que... bueno, no sé que qué, pero sos muy obvio!
Estar latiendo: ¡Claro que es un tema trillado! Nunca supuse estar descubriendo la pólvora con una enésima versión de Cenicienta...
¡Simplemente lo hice para demostrar que domino el castellano en todas sus formas!
¡Beso!
El hecho de ser obvio es simplemente para que sea obvio que obviamente soy yo!
¿Partuzas en el 8vo. C? En vez de la nariz, debí operarme el oído... no me enteré. Lo que sí vuelven son los picnics en el 4to. B.
nose porque pero pense que iba a ser mas dificil encontrarte. una desilucion
uuu esto esta ifectado de grupies
aaahhhh re que la mina esta celosa, juan eras un misterio
vamos chicos aguante los jovenes creativossssssssssssss!!!!!
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