“No sé por qué, pero este título me recuerda a Borges. Y si digo “no sé por qué” es porque nunca leí a Borges. Igual que una prima mía, que se lamentaba por no haberlo podido leerlo nunca. Como yo no compartía su pesismismo, cierta vez le dije: “¿Qué problema hay? A Borges podés leerlo cuando quieras…”. Ella no estaba tan segura de eso, ya que su profesión era la quiromancia. Es decir, leía las manos.
(A propósito, si “quiro” es “mano” y “mancia” es “lectura”, no entiendo por qué a las corridas de toros se les llama “Tauromancia” y no “Taurokinesis”)
Volviendo al punto que me llevó a escribir esto, quería expresar mi fastidio por la cualidad que tienen personas como Felipe Pigna, Jorge Dorio o Alejandro Dolina, que recuerdan no sólo todos y cada uno de los hechos que sucedieron en la historia con lujo de detalles, sino que además te citan el libro, el autor, la fecha de la edición y en qué página está. Me da mucha bronca, y de hecho incluso creo que hay algún truco detrás de todo esto. Porque está bien que yo tengo una memoria de mierda y no me acuerdo ni en qué año ganamos el Mundial ’78, pero eso ya es demasiado.
De hecho debo reconocer que, aunque esto me molesta sobremanera (“sobremanera” es una palabra que no me gusta mucho, pero también hay que entender que uno no tiene muchas oportunidades en la vida de usarla), tengo cierta admiración por la gente que, como “Elnestor” (un asiduo visitante de este blog) tiene una memoria absolutamente prodigiosa. Sospechosamente prodigiosa. Con decir que a veces él suele recordarme cosas de mi propia vida que yo ni tengo registradas como sucedidas. A tal punto, que estoy empezando a sospechar que me inventa cosas para chequear si yo me doy cuenta. Y la verdad, no me doy cuenta. Después de todo, es lindo reencontrarse con sorpresas agradables. Como por ejemplo ese texto olvidado que una vez leí, creo, en”
http://blogudo.blogspot.com/2005/08/los-memoriosos.html escrito el 19 de agosto de 2005 a las 17:56:30